
Espantapájaros
El ferrocarril había dejado a Grapes alejado del pueblo. El mentón prominente y la mirada hundida, hacían que las mujeres torcieran el rostro al observarlo. Avanzó por la calle principal de Weston, evitando los excrementos de caballo. Cada paso atraía las miradas torvas de la gente. Su gabán, de color crema y largo hasta las botas, tapaba el revólver Colt Navy en su cinto. Con el ala ancha del sombrero cubría la mirada azul, desconfiada. Saludó con educación a cada transeúnte. Las damas sentían ver a alguien grotesco. Los hombres se quedaban con la simple formalidad del saludo. Lo llamaban el espantapájaros a sus espaldas. Entró en el salón del pueblo y observó el interior. Tres parroquianos jugaban a los dados en una mesa lejana a la barra. El barman se quedó mirando con seriedad al recién llegado. Grapes anduvo con lentitud, manteniendo la mirada azul sobre el camarero hasta llegar a su altura.
Leer más «Espantapájaros»